17 de Abril de 2018

6 contaminantes potencialmente peligrosos en alimentos balanceados

Los alimentos para animales ya sea para gatos, perros, aves de corral, ganado o cerdos deben ser saludables y estar libres de contaminantes. Varios retiros de productos han demostrado recientemente que este no es siempre el caso. Le mostramos seis contaminantes que los fabricantes deben vigilar.

Al igual que con los humanos, la salud y el bienestar de los animales depende crucialmente de una dieta balanceada. En la ganadería, la calidad de los piensos es un factor determinante de éxito, pero las demandas de calidad también aumentan en el sector de alimentos para mascotas. Es evidente que el alimento debe ajustarse a las especies de animales particulares, contener una cantidad suficiente de nutrientes y estar exento de sustancias indeseables o prohibidas. Para garantizar esto, la alimentación está sujeta a estrictas regulaciones. Los análisis regulares son por lo tanto esenciales.

1. CONTAMINACIÓN BACTERIANA

 Salmonella fue responsable de varios retiros en las últimas semanas; los productos afectados incluyeron alimento balanceado para perros y harina de soya. La alimentación rica en proteínas es particularmente vulnerable a la contaminación, ya que proporciona un entorno muy favorable para Salmonella. La alimentación contaminada puede causar infecciones en animales. Esto es particularmente problemático en el caso del ganado, ya que la Salmonella puede entrar en leche, huevos o en la carne de los animales a través de la infección por contacto. Además de Salmonella, otras bacterias, levaduras y mohos también pueden causar contaminación en la alimentación de los animales. El monitoreo de los microorganismos patógenos y el recuento total de bacterias es, por lo tanto, una tarea importante en la elaboración de alimentos para animales.

2. RESIDUOS

 La carne que se usa para producir alimentos para animales está sujeta a estrictos controles al igual que la carne para consumo humano. Sin embargo, puede ocurrir que residuos de hormonas, antibióticos o medicamentos veterinarios estén presentes en la carne. Los kits de ↗ ELISA pueden detectar varias de dichas sustancias con precisión. Además, los residuos de productos fitosanitarios (plaguicidas) o fertilizantes (nitratos) pueden entrar en la alimentación animal. En la UE están establecidos los límites máximos de residuos (LMR).

3. MICOTOXINAS

 Las micotoxinas son metabolitos tóxicos producidos por mohos. Pueden causar trastornos de crecimiento y fertilidad en animales incluso en bajas concentraciones. Los cereales se infectan frecuentemente con mohos y, por lo tanto, pueden estar contaminados. En el Reglamento alemán sobre piensos, se establecen niveles máximos para la aflatoxina B1; la Comisión de la UE ha definido los valores de referencia para el deoxinivalenol (DON), la zearalenona, la ocratoxina y la fumonisina. Las micotoxinas se pueden detectar rápida y fácilmente in situ mediante kits de cromatografía de flujo lateral. A través de amplios controles y medidas preventivas, las micotoxinas rara vez se encuentran en la alimentación animal hoy en día.

4. ORGANISMOS GENETICAMENTE MODIFICADOS (OGM)

 La harina de soja, ampliamente utilizada en la producción de piensos, a menudo se elabora con soja genéticamente modificada. El maíz, la canola y el arroz a menudo también provienen de cultivos genéticamente modificados. Varios OGM están aprobados en la UE, pero deben declararse a partir de un umbral del 0,9%. Los fabricantes que producen piensos sin OMG deben por ello analizar sus productos. El método de elección para esto es la PCR en tiempo real.

5. METALES PESADOS

 Los metales pesados pueden ser dañinos para humanos y animales y pueden causar envenenamiento crónico. Ingresan a los piensos a través de suelos, fertilizantes o aditivos. En particular, se ha detectado repetidamente plomo en la alimentación animal, la última a fines de enero en alimentos para perros de Suecia. En la UE hay niveles máximos establecidos para plomo, cadmio, mercurio, arsénico y flúor.

6. DIOXINAS

 Las dioxinas son contaminantes orgánicos que se acumulan en el medio ambiente y se encuentran de manera ubicua en suelos, aguas, plantas y animales. Para la dioxina y los bifenilos policlorados (PCB) igualmente tóxicos, hay niveles máximos establecidos en la UE.

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